Festival de Poesía Experimental. Edición VII – 2021

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Festival de Poesía Experimental. Edición VII – 2021

El coleccionista de letras. Crónica de una entrevista a Juan Miguel Cortés por Luis Alonso Pascual.

22 de enero de 2022

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El sol cae de repente sobre la larga escalinata que conduce a la vieja iglesia de Sestao. El cíclope solar luce sin recato, como si las copiosas lluvias del otoño no hubiesen anegado la tierra. El disco amarillo de un solo ojo observa a los dos hombres, Juan Miguel Cortés y el cronista, sentados en una terraza aledaña al bosque que envuelve la antigua parroquia. La conversación ha de ser necesariamente fluida con un artista que maneja una ingente cantidad de tipos de letras, los coloca aquí y allá para construir un paisaje poético que se desenvuelve en los límites de la escultura, la poesía visual y la performance.En el año 2012 comenzó una obra que ha recorrido catorce estaciones, y Buscando a Huidobro ha construido una serie de poemas-esculturas empleando letras corpóreas que reproducen los versos de Altazor. Porque Cortés es un coleccionista de letras: Las primeras instalaciones eran, sobre todo, una transcripción del texto a un soporte utilizando letras volumétricas que he ido recuperando de negocios, de fábricas que cerraban, de bares que cambiaban el rótulo… y siempre intentando que el espectador, de alguna manera, participase, bien porque se tenía que mover, o bien porque tenía que leer… de alguna forma hacerle participar.

Las catorce piezas de la serie necesitan un tiempo y un espacio. El que mira siempre ha de recorrerlas en un viaje de la mano de los versos del poeta chileno. Un itinerario diseñado por el artista que, en alguna de las presentaciones, ha fluido por los caminos de la performance, lo que le permite… provocar a la gente para que haga cosas, como comerse las letras (Buscando a Huidobro nº 6. 2018), como participar en una manifestación improvisada por Barakaldo… pidiendo la muerte del poeta, recuerda el cronista con nostalgia… Pero bueno, explica Cortés, pidiendo la muerte del poeta… todos los versos que utilizo los ha escrito Huidobro en Altazor. En el verso “matemos al poeta” Vicente Huidobro se refiere a sí mismo, Altazor quiere matar al autor, que es Huidobro.

La lectura analítica del poema y la necesaria participación del espectador han dado como resultado obras tan sorprendentes como El ruido del mar (Buscando a Huidobro nº 5. 2018), una estructura de madera en forma de caracola donde la progresión del verso conduce al lector al interior de la concha, donde se escucha el sonido de las olas. Buscar a Huidobro es una excusa realmente, cuenta el artista, para hacer cosas. Llevo muchos años trabajando en decoración, en maquetas, en escenografías, en los aledaños del arte, y Vicente Huidobro me ha dado un poco el pie para hacer cosas diferentes, es arte por el arte.

En 2021 la incansable persecución del poeta chileno se detiene bajo una luna ártica. Es el poema Luna, del libro Poemas Árticos, publicado en Madrid en 1918. Esos versos, que deslumbraron a Juan Larrea en mayo de 1919, los desentierra Cortés en el cortometraje El hallazgo. El cronista le pregunta sobre la conexión entre ambos poetas, y el artista se explica: Yo tenía que seguir con mi libro, “Buscando a Huidobro”, seguir haciendo material para ese libro. Huidobro y Larrea tuvieron una relación muy estrecha a partir de que le conoce Larrea, y conoce el verso “la luna suena como un reloj”, yo digo que ese verso le abrió los ojos… le deslumbró, apunta el cronista… le deslumbró y cambió la forma de poesía que tenía por las nuevas tendencias que había en ese momento, y se marchó a Paris y trabajó con Huidobro en las revistas literarias que publicaban… supongo que estarían toda la noche de tertulia y borrachera… vivió el momento bohemio y creativo del Paris de antes de la guerra. En la película, Cortés aparece ataviado como un arqueólogo de la palabra que ha descubierto en la excavación de un sótano de una casa de la villa el verso que Gerardo Diego mostró a Larrea en una cafetería bilbaína, y que dice la luna suena como un reloj. De nuevo el elemento casual, el azar, conduce al artista hacia una nueva obra: La idea nace por casualidad. El espacio donde se encontraron las letras es una lonja que estamos rehabilitando… al fondo del local se ha hecho una excavación para sacar dos alturas, vamos, parece una excavación arqueológica… estábamos escarbando, aquel agujero cada vez se hacía más grande… y dijimos, bueno, aquí hay que hacer una instalación, pero estamos en pandemia, si hacemos una instalación aquí, ¿quién viene a verlo?… sacamos unas fotos y ¿qué hacemos? Habrá que hacer un video o algo… y entonces empezó la cabeza a funcionar y fue como una bola de nieve que se va haciendo más grande… y buscando a conocidos… de las mujeres de teatro de Sestao, artistas, poetas… hicimos un elenco de artistas e hice un guion que se va a los veinte minutos. El cortometraje, estructurado en base a los informativos de la cadena televisiva Tele H, muestra, de la mano de la reportera estrella de la cadena, los versos aflorando de la tierra bajo la atenta mirada de los expertos. Los expertos son el poeta Jon Andoni Goikoetxea y el performer, traductor y poeta Fausto Grossi, y la audaz periodista, Esperanza Gómez Herce, actriz y directora teatral, todos ellos colaboradores habituales de Ex!poesía. La narración culmina en el Café Nervión, donde dos jóvenes actores, Gabriel Cortés e Iker Pérez, recrean aquellos encuentros fraternos entre Diego y Larrea en las postrimerías de la primera década del siglo pasado. Eso es lo que cuenta el corto, dice el artista, cuando vino Gerardo Diego a Bilbao. Quiero contar esa historia, ese momento en que Larrea abre los ojos y conoce ese poema de Poemas Árticos. Ahí salto de Altazor a esos poemas, que siguen siendo de Huidobro. La voz en off de este pasaje es de Ramón Barea, y la realización de todo el metraje corre a cargo de Jaxsa.

La búsqueda de Huidobro ha culminado en Larrea. Incluso los versos de uno y otro se confrontan en la obra He aquí – Buscando a Huidobro nº 11, una instalación mostrada en la sala municipal de exposiciones de Basauri. Como la Bienal estaba dedicada a Larrea, dice Cortés, leí Version Celeste y uno de los poemas empieza así… he aquí el invierno que viene… me he leído tantas veces Altazor, analíticamente, nunca me lo he leído del tirón para disfrutar de él, sino que voy leyendo… vuelvo atrás… esto de aquí igual me sirve… al final nunca me lo he leído por el placer de leérmelo entero… Fui a Altazor y conté, tienen la misma estructura, el mismo número de palabras y empiezan con He aquí… Esos dos versos están situados en dos columnas que rompen el espacio diáfano de la sala y que el artista utiliza, con un acusado sentido escénico, para instalar su obra. En aquel espacio tenía disponible las dos columnas, apunta el escultor. Lo que hago en todas las instalaciones es primero ver qué espacio tengo, y después adaptarme a ese espacio introduciendo un poema de Altazor. No elijo primero el poema y luego lo pongo en un sitio, sino que la elección va en función del espacio. Tengo algunos en los que tengo pensado qué hacer con ellos pero todavía no he encontrado el espacio. El cronista sugiere que parece un juego de espejos en el que se enfrentan los versos de los dos poetas. Vale, si, dice el artista, la obra de Larrea y Huidobro puede funcionar como un espejo, en realidad tiene como punto de visión donde tú, si miras a la izquierda o a la derecha, ves los dos versos y lees los dos versos a la vez. La verdad, si no los conoces no sabes de quién es cada verso, sabes por el contexto que tienen que ser de ellos, pero no sabes si son de uno o de otro.
El que escribe la crónica de esta conversación quiere saber si la búsqueda de Huidobro ha finalizado con Larrea, y le pregunta al artista: No, voy a continuar… tengo un par de montajes en la cabeza que necesito el espacio… Hice un proyecto en 2018 para montar en la fachada de la biblioteca de la Diputación, en la fachada de cristal hay letras impresas… era el sitio ideal. Por problemas técnicos y de seguridad se tuvo que abandonar la idea, pero busco fachada para hacerlo.

La persecución del poeta chileno, por lo tanto, continúa para Juan Miguel Cortés, experimentador en esos territorios donde la escultura, la poesía visual y la performance confluyen en una obra sorprendente. Los límites entre arte plástico y poesía parecen difusos. Dice el artista: Cuando yo empecé, en los años 90, estaba todo como muy compartimentado, la pintura, la escultura, la fotografía… y luego se ha ido mezclando todo. Yo no tenía ni idea de la poesía visual, experimental, lo que hemos ido viendo estos años en Ex!poesía, entonces ahí hay mucho de arte, y eso para algunos es como un arte menor, pero ¿dónde está el límite entre el arte menor y el arte mayor? Es como las performances o la fotografía… no sé realmente dónde está ese límite. Yo no sé si estoy haciendo poesía experimental o estoy haciendo arte. El cíclope solar hace mutis tras una nube de Magritte cuando los dos hombres se levantan y abandonan la terraza en la que no han parado de hablar durante una hora. En la despedida, el artista recuerda un verso del prefacio de Altazor: Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco.

Luis Alonso Pascual

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