Festival de Poesía Experimental. Edición VII – 2021

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Festival de Poesía Experimental. Edición VII – 2021

Ángela Serna con Juan Larrea

4 de noviembre de 2021

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Ángela Serna, Salamanca 1957

TÍTULO DE LA OBRA: La noche no tiene paraguas ni un tambor endecasílabo.
Vivo en Vitoria-Gasteiz. Profesora Titular de la Universidad del País Vasco. Traductora, poeta, poeta visual y rapsoda. A partir de ahí, ritmo trepidante: las clases, la revista Texturas, la escritura, el teatro, etc. Luego vinieron los recitales, la organización de actos poéticos dentro y fuera de la ciudad: en librerías, la cárcel, centros cívicos, los bares…


Me parieron en los Pizarrales, un barrio de Salamanca. A estas alturas soy, lo intento, una vieja venerable con una niña dentro. Recién nacida fui a un pueblo donde descubrí la libertad de vivir en la periferia. También las dificultades de ser niña y los peligros derivados de serlo. De Castilla pasé al Norte. Era el año 1970. Vitoria-Gasteiz fue el lugar. Es el lugar. Aunque e Lugar siempre es otro. En realidad, mi itinerario no ha tenido nada de extraordinario: escuela, Instituto, Universidad, trabajo en el extranjero (mon dieu !) y vuelta a Ítaca. Todo era sorprendente, todo por descubrir: la vida, un perpetuo regalo. A partir de ahí, ritmo trepidante: regreso a la Universidad como profesora, las clases, la revista Texturas, la escritura, el teatro, etc. Luego vinieron los recitales, la organización de actos poéticos dentro y fuera de la ciudad: en librerías, la cárcel, centros cívicos, la calle, los bares… El año 2000 fue el de la publicación de mi primer libro. Hoy, sigo con la misma sed, las mismas dudas, la misma necesidad de siempre (leer, escribir, recitar). También he aprendido algo sobre el desamparo, el envejecimiento y la pérdida…
Y sé que la escritura es mi casa (¡esto ya lo he dicho en alguna parte!) Sé que, desde ella, he viajado al otro lado del espejo, he habitado las fases de la Luna (Tumiluna), he paseado por las vecindades del aire, de eternidad en eternidad, con pasos que me han llevado hasta el sueño de la piedra. También sé que hay en esta casa una habitación (otra habitación) en la que luego será mañana y que la soledad (Solitudine) es mi única compañía cuando todo es trampantojo, notas para una melodía futura, definitivamente polvo; cuando necesito calzarme máscaras para no enloquecer, o cuando las palabras no tienen boca (palabras sin boca) y no todo es haiku. Reconozco que la palabra poética me otorga un lugar en el mundo desde el palimpsesto que soy (cómo salir del palimpsesto). Sigo buscando (Dónde la casa).

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